miércoles, 3 de abril de 2013

RESUMEN CHARLA FIBROMIALGIA Y NUTRICIÓN

Estado Nutricional, Calidad de Vida y Capacidad Funcional en Pacientes con Fibromialgia
Resumen de la conferencia “Fibromialgia y Nutrición”, organizada por ACAF e impartida por Laura Isabel Arranz. Barcelona, 13 marzo 2013.

Recientemente finalizó el estudio ENCAVI, sobre el Estado Nutricional, Calidad de Vida y Capacidad Funcional en Pacientes con Fibromialgia, cuyo objetivo principal fue valorar la relación entre la nutrición y esta enfermedad. Por el momento, se desconoce la causa de esta patología, con lo cuál su tratamiento se dirige a paliar los síntomas que, además del dolor, son muchos otros como el cansancio, las disfunciones cognitivas, los trastornos del sueño, las alteraciones gastrointestinales, etc. Además, las personas que padecen fibromialgia suelen sufrir otras patologías como el síndrome de fatiga crónica, la sensibilidad química múltiple, el desorden temporomandibular, el síndrome de piernas inquietas, el síndrome del colon irritable, la depresión, etc. Consecuencia de todo esto es que la calidad de vida de estos pacientes está muy deteriorada. En España se calcula que alrededor del 2.4% de la población tiene fibromialgia, siendo unas veinte veces más frecuente en mujeres que en hombres. La comunidad médica reconoce que el tratamiento más eficaz es aquel que contempla, además de los fármacos, la actividad física adaptada, la educación al paciente sobre la enfermedad, las técnicas de relajación, y la terapia cognitivo-conductual. Sin embargo, el asesoramiento nutricional no es todavía una herramienta que se utilice de forma generalizada y no existen recomendaciones específicas y sólidas sobre la alimentación en la fibromialgia.

Gran parte de las pacientes que participaron en el estudio ENCAVI, todas ellas mujeres entre 33 y 76 años, presentaban sobrepeso u obesidad y una proporción considerable también tenía valores incrementados de masa grasa corporal. Esto es favorecido por una acumulación de factores asociados a esta enfermedad, como pueden ser la medicación, la insuficiente actividad física y una dieta no del todo adecuada. Un dato curioso es la relación positiva que resultó entre la cantidad de masa muscular con la calidad de vida, cuanta más mejor. En cuanto a la alimentación de este grupo, se detectaron ciertos desequilibrios tanto en los hábitos dietéticos, en los horarios de las comidas, como en la ingesta de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas, lípidos) y de micronutrientes (vitaminas, minerales, otros). En general, hay una ingesta insuficiente de cereales, pasta, arroz, huevos, legumbres, frutos secos y pescado azul. Muchas de estas pacientes consumían suplementos nutricionales, principalmente magnesio o multivitamínicos por recomendación médica, u otros productos por iniciativa propia. Hasta la fecha, no hay estudios suficientes para valorar el efecto de estos suplementos, sin embargo, algunos de ellos tienen sentido por complementar la dieta de estas personas como pueden ser los multivitamínicos o los omega-3.

Otros datos sobre la enfermedad también nos da pistas sobre cómo debe ser la alimentación en estas personas. Se ha observado que, tanto en la fibromialgia como en la fatiga crónica, el organismo está sometido a un elevado estrés oxidativo y también a un estado de inflamación crónica. Se desconoce si esto es causa o consecuencia, pero en cualquier caso parece que las defensas antioxidantes internas no actúan de manera correcta. A esto le podemos añadir como agravante que la dieta de estas personas suele ser desequilibrada, pobre en nutrientes antioxidantes (presentes en los vegetales) y baja en grasas de tipo omega-3 que son antiinflamatorias.

En general, los factores condicionantes de la salud son la genética, el medio ambiente y el estilo de vida. La alimentación, la actividad física y la conducta forman parte de nuestra forma de vivir y son modificables, con lo que pueden contribuir a la mejora de la salud y de la calidad de vida en cualquier persona.

También el descanso y la buena gestión del estrés son imprescindibles para que nuestro metabolismo funcione correctamente. Dormir poco o mal y estar bajo situación de estrés, favorece el incremento de peso, así como también la falta de actividad física que a su vez, además altera el sueño, e incrementa el estrés. La persona que se siente estresada, física o emocionalmente, se siente cansada, tiene percepción de falta de tiempo y no tiene ganas de realizar ninguna actividad física. Con lo que al final, como todo está relacionado, se entra en un círculo vicioso, difícil de romper y que favorece enfermedades como la fibromialgia.

Fuente: Laura Isabel Arranz basado en Lucini D, Pagani M. From stress to functional syndromes: An internist's point of view. European Journal of Internal Medicine 23 (2012) 295-301.

Por todo ello, es prioritario que la persona que padece fibromialgia realice algún tipo de actividad física, siempre adaptada a sus posibilidades, y mejor si es dirigida. Esto ayuda a mantener la masa muscular, mejorando el estado general de la persona, su salud y su calidad de vida. Además es recomendable seguir un estilo de vida saludable que también contemple aire libre, actividades individuales y en grupo, y momentos de relajación.

Y por supuesto, sin lugar a dudas, mejorando la alimentación, también se puede optimitzar la calidad de vida de las personas con fibromialgia. Los consejos generales que se derivan de los resultados del estudio ENCAVI son:

Comer lo necesario, ni exceso, ni defecto

Comer abundante fruta y verdura

A diario cereales y pan integrales

Derivados fermentados cada día (yogur)

Tomar legumbres tres/cuatro veces por semana

Incorporar más pescado azul en la dieta

Cada día una pequeña ración de frutos secos (nueces, almendras, avellanas)

Beber suficientes líquidos, unos 2 litros, en forma de agua, infusiones, caldos y zumos naturales.

Tener horarios ordenados, no saltarse comidas y evitar picar entre horas

Evitar alimentos con alto contenido en azúcares y grasas, cuyo consumo debe ser ocasional (galletas, pastas dulces, refrescos, zumos azucarados, snacks, embutidos, etc)

No eliminar grupos de alimentos, como por ejemplo los lácteos, sin supervisión de un profesional especialista en nutrición.

Como consejo adicional también es recomendable escoger productos locales, de producción integrada o ecológicos pues son más naturales y tienen menos tratamientos químicos. Para ello es importante prestar atención a las etiquetas de los alimentos a la hora de ir a comprar. Fijarnos en la procedencia, en el tipo de producción, y también en el contenido nutricional, nos da información que podemos comparar para escoger con criterio de salud.

No hay que olvidar que la alimentación nos provee día a día los nutrientes necesarios para mantener el buen funcionamiento de nuestro organismo, por tanto es un factor importante, no sólo cuando estamos llenos de salud, sino también cuando esto no es así. Los pequeños cambios en la dieta llevan a grandes mejoras en la salud y siempre valen la pena.

Más información en: www.gananutricion.es, info@gananutricion.es