domingo, 11 de octubre de 2015

NUTRICIÓN Y DOLOR CRÓNICO, ¿QUÉ PAPEL TIENE LA DIETA?

Las personas que padecen fibromialgia suelen sufrir otras patologías como el síndrome de fatiga crónica, la sensibilidad química múltiple, el desorden temporomandibular, el síndrome de piernas inquietas, el síndrome del colon irritable, intolerancias alimentarias, sensibilidad al gluten, síndrome metabólico, sobrepeso u obesidad, etc. Muchas de ellas están relacionadas directamente con la alimentación y pueden mejorarse mediante intervenciones dietéticas.



En las personas con fibromialgia se dan además una serie de factores que acentúan aún más la necesidad de cuidar la alimentación. La existencia de patologías relacionadas con la dieta (hipercolesterolemia, diabetes, sobrepeso u obesidad, etc), alteraciones gastrointestinales, intolerancias alimentarias, desequilibrios nutricionales, nivel elevado de estrés oxidativo y de inflamación crónica, falta de actividad física, mala calidad del sueño, uso de medicación y de suplementos nutricionales, etc. Todos estos factores afectan al metabolismo y muchos de ellos favorecen el exceso de peso. Por ello cuidando la alimentación todos estos factores mejoran redundando así en una mejora en el estado nutricional, en la salud y en la calidad de vida del paciente. Comemos cada día y varias veces al día, de manera que si lo hacemos lo más correctamente posible es una potente herramienta para el manejo de esta patología.

En la fibromialgia, el tratamiento más eficaz es aquel multicidisciplinar que contempla, además de los fármacos, la actividad física adaptada, la educación al paciente sobre la enfermedad, las técnicas de relajación, y la terapia cognitivo-conductual. El asesoramiento nutricional no es todavía una herramienta que se utilice de forma generalizada y no existen recomendaciones específicas, sólidas y consensuadas sobre la alimentación en la fibromialgia. Sin embargo, algunos pacientes sí buscan en determinadas dietas o productos la solución a sus síntomas, muchas veces sin tener la garantía de un beneficio real y duradero. Los estudios realizados hasta el momento aportan muchos datos sobre cómo con la alimentación se puede aumentar la ingesta de nutrientes, especialmente aquellos antioxidantes y antiinflamatorios y como consecuencia optimizar el estado de salud y la calidad de vida.

De todo ello hablaremos el próximo 4 de noviembre a las 18h en la charla-taller sobre Nutrición y fibromialgia. Será una buena oportunidad para preguntar y resolver dudas.

Información de la charla-taller:

Nutrición y dolor crónico
4 de noviembre, de 18 a 19h
Descripción: Charla sobre cómo mejorar la salud a través de la dieta en personas con patologías como la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica.
A cargo de: Dra. Laura Isabel Arranz, autora del libro Fibromialgia, nutrición y calidad de vida, fundadora del proyecto Gana Nutrición (www.gananutricion.es).
Precio: 10€/persona (la persona que realice la inscripción puede venir con un acompañante de forma gratuita)
Lugar: IDE (Institut de l’Estrès), C/Sant Sebastià, 24 bajos 08030 Barcelona
Inscripciones en: 934613191 o informacio@institutestres.com 

http://www.institutestres.com/taller-sobre-alimentacion-y-dolor-cronico--n-18-es.html 

viernes, 25 de septiembre de 2015

FIBROMIALGIA Y FATIGA CRÓNICA: NO TENGO FUERZAS PARA RENDIRME

Apreciados amigos y amigas,

Como algunos sabéis el pasado fin de semana tuve la suerte de participar en el Fibrosymposium en Granada. Fue una buena oportunidad para compartir con médicos y otros profesionales la importancia de la dieta en patologías como la FIBROMIALGIA y SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA. Allí puede explicar que son muchos los factores que afectan al estado nutricional de los pacientes y a su oxidación-inflamación, que son muchos los estudios que nos han dado pistas sobre aspectos nutricionales importantes en estas enfermedades pero que, sin embargo, a día de hoy estamos viendo solo la punta del iceberg. Si el paciente tiene dolor, fatiga, no duerme bien, toma medicación, prueba dietas de aquí y de allá, tiene otras patologías, sufre intolerancias alimentarias, toma suplementos y además no puede hacer actividad física, ¿cómo vamos a pensar que su alimentación no es relevante?


















Ahora necesitamos ir paso a paso, como desenredando un ovillo de lana, para ver realmente dónde se inician estos trastornos, qué factores son los que desencadenan ciertos síntomas, qué patologías se refuerzan entre sí y cómo… Y así, desenredado el enredo, podemos empezar a hilar fino y a ordenar los desórdenes que sufren los pacientes.

Veo muchas veces la información que compartís y, por desgracia, no siempre tengo tiempo de comentarlo todo. Pero siempre lo leo y procuro seguiros en vuestra búsqueda, que también es la mía. Hasta ahora tenemos pistas, muchas pistas, de que todo está relacionado: el dolor, la fatiga, el sueño, la alteraciones de la microbiota intestinal, las intolerancias alimentarias, las sensibilidades, etc, etc. Es algo mucho más complejo de lo que parece y quizás también más sencillo de lo que pensamos… Cuando leía hace unos días “el gran descubrimiento” de algunos estudios sobre la mala calidad o poca cantidad de horas de sueño con enfermedades, pensé que estamos perdiendo el sentido común en busca de la más estricta demostración científica de cosas que ya sabemos. He reflexionado mucho estos días, y soy consciente de que el conocimiento debe servir para dos cosas, la primera para generar más hipótesis, más investigación, más estudios y por tanto, aún más conocimiento, y la segunda, y más importante, para aconsejar cada vez más y mejor a los pacientes. Con todo lo que sabemos a día de hoy, no se puede ignorar la alimentación como un factor básico para la salud y también para la enfermedad.

Así que, mientras desenredamos el ovillo que seguramente hemos enmarañado nosotros mismos, debemos trabajar por una buena información al paciente para que también pueda mejorar su alimentación y por tanto su bienestar y su salud. Espero aportar mi granito de arena a ese objetivo, aunque a veces me siento lenta en las aportaciones pues no es fácil comunicar con criterio y responsabilidad. De momento, sigo trabajando en mi próximo libro, y en lo que pueda iré compartiendo información por aquí también.

Os dejo con esta imagen de una exposición que vi hace unos días.

La “casualidad” y una extraña “intuición” me llevó a visitar un nuevo espacio cultural en el barrio de Sant Andreu (Barcelona), donde encontré una exposición dedicada a la FATIGA, con un mensaje reivindicativo y controvertido que os invito a leer en este link:


http://ajuntament.barcelona.cat/centredart/es/content/indisposici%C3%B3n-general-ensayo-sobre-la-fatiga-0

Ciertamente, estamos enmarañando el ovillo…

Un abrazo a todos y todas,

Laura

domingo, 30 de agosto de 2015

FIBROMIALGIA, FATIGA CRÓNICA Y ALIMENTACIÓN, UNA ENCUESTA PARA SEGUIR INVESTIGANDO

Como sabéis ya llevo unos años siguiendo el tema de la importancia de la dieta en pacientes con fibromialgia (FM) y síndrome de fatiga crónica (SFC). En una extensa revisión bibliográfica que hice hace cinco años escribí sobre los estudios que hablaban del elevado estrés oxidativo que presentan estos pacientes, de la influencia negativa que ejerce el exceso de peso, de la importancia de la inflamación, de la posible presencia de deficiencias nutricionales, del posible beneficio de los antioxidantes y otros suplementos nutricionales, etc. Ya en aquel momento pude también observar que en muchos trabajos se hablaba de la coexistencia frecuente de patologías como el síndrome del intestino irritable (SII) y también de intolerancias alimentarias diagnosticadas o percibidas.
En este momento vuelvo a revisar todos los trabajos que dan pistas nuevas sobre la relación entre la FM y el SFC con patologías relacionadas con la dieta. En este caso aparecen muchos trabajos sobre la elevada prevalencia de SII entre pacientes de FM y SFC y la presencia de intolerancias como a la lactosa, la celiaquía, etc, mencionándose incluso la sensibilidad al gluten no celíaca y la intolerancia a FODMAPs (siglas en inglés de Fermentable Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides, and Polyols, que en español significa monosacáridos, disacáridos, oligosacáridos y polioles fermentables). Y lo más importante aparecen muchas hipótesis que de momento no están confirmadas como el rol de la microbiota intestinal, o el hecho de si la dieta sin gluten es la solución o si lo es la dieta libre o baja de FODMAPs.
Ante todo este panorama tan complejo, en el que cada vez más se percibe la estrecha relación que tiene todo esto pero todavía se plantean muchos interrogantes, se hace necesario destacar la necesidad de investigar más. Estoy segura, y por suerte no soy la única, de que LA MAYORÍA DE PACIENTES QUE SUFREN DOLOR CRÓNICO Y FIBROMIALGIA tienen trastornos gastrointestinales y otras patologías relacionadas con la DIETA. Por esto sigo convencida de que la alimentación puede mejorar la sintomatología y la calidad de vida de estas personas. Es por eso que me vuelvo a plantear una sencilla encuesta para tener una primera aproximación y unos primeros datos que puedan servir para generar interés en la comunidad científica. Es necesario saber qué hay detrás de estas patologías para poder ayudar correctamente a los pacientes también con un buen ABORDAJE DIETÉTICO.
VUESTRA COLABORACIÓN TIENE MUCHO VALOR. Si tenéis fibromialgia y/o fatiga crónica y también 3 minutos, entrando en el link podéis contribuir:
Espero poder compartir todo esto muy pronto con todos vosotros aquí, a través de mi blog y también en mi próximo libro, y con otros profesionales de la salud en el próximo VI Simposio International para el estudio del dolor crónico y la fibromialgia.
Gracias por adelantado. Un abrazo.
Laura

domingo, 1 de febrero de 2015

FIBROMIALGIA Y DIETA SIN GLUTEN

Las alteraciones gastrointestinales son frecuentes en pacientes con fibromialgia (FM) y en muchos de ellos se confirma también el diagnóstico de síndrome de colon irritable (SCI), pero no en todos los casos. La mayoría de pacientes con FM que no tienen SCI también manifiestan síntomas gastrointestinales inespecíficos como dolor abdominal, dispepsia, sensación de hinchazón, flatulencia, etc. Estos síntomas son comunes también en los desórdenes relacionados con el gluten, tanto en la enfermedad celíaca como en la sensibilidad al gluten no celíaca. Este síndrome de sensibilidad al gluten no celíaca ha sido recientemente descrito dentro de los desórdenes relacionados con el gluten, y está caracterizado por síntomas muy similares a los del SCI y otras manifestaciones extra-intestinales que ocurren después de la ingestión de gluten en pacientes no celíacos ni alérgicos al trigo.

Este hecho y esta similaridad entre los síntomas gastrointestinales y también otros no gastrointestinales entre la FM y los desórdenes relacionados con el gluten, ha llevado a pensar que la sensibilidad al gluten tiene un papel relevante en la fibromialgia, por lo menos para algunos pacientes. Además, la sensibilidad al gluten no celíaca se ha relacionado con el síndrome de colon irritable, con lo que se empiezan a postular hipótesis sobre la relación de estas alteraciones.

Una de las hipótesis es que quizás la sensibilidad al gluten no celíaca está presente en algunos pacientes con FM debido o favorecido por dos factores:
  • la mayor susceptibilidad química múltiple en estas personas y
  • la mayor sensibilidad a componentes o ingredientes presentes en los alimentos
Parece ser que en pacientes con FM severa los síntomas gastrointestinales pueden llegar a ser de la misma magnitud que en pacientes con celiaquía y se piensa que estos pacientes podrían tener también alguna patología relacionada con la sensibilidad al gluten, sin embargo, esto es, a día de hoy, una hipótesis ya que necesita una mayor comprobación y no sería extrapolable a toda la población con fibromialgia. También hay datos sobre la mayor frecuencia de enfermedad celíaca en pacientes con FM y SCI que no en pacientes con sólo SCI (sin FM). El síndrome del colon irritable y la fibromialgia son dos desórdenes funcionales crónicos comunes en la población y que muchas veces se detectan en la misma persona. Una parte de la población que sufre a la vez SCI y FM también tiene enteritis linfocítica (EL), una alteración en el número de linfocitos presentes en el epitelio intestinal, que, por sí misma, no es específica de la enfermedad celíaca, sino que también puede darse en otras situaciones como alergias alimentarias, enfermedades autoinmunes, infecciones por Helycobacter pylori, tratamientos con antiinflamatorios no esteroidos (AINEs), etc. La enteritis linfocítica es más frecuente en los pacientes con enfermedad celíaca que en aquellos con sensibilidad al gluten no específica y puede darse con o sin atrofia de las vellosidades de la mucosa intestinal. Un dato interesante que se ha observado en un grupo de pacientes es que alrededor el 20% de los que tenían SCI y FM con enteritis linfocítica tenían familiares con enfermedad celíaca, mientras que también parecía más frecuente los casos de familiares con FM entre los pacientes con EL.

A la vista de estos datos sobre el solapamiento entre la fibromialgia y los desórdenes relacionados con el gluten sugieren, en la actualidad, que una dieta sin gluten puede ser beneficiosa para la FM. Sobre esta idea o hipótesis ya hay varios grupos de investigación en España que están trabajando, aunque todavía hay muchos interrogantes. Eliminar el gluten de la dieta ¿será beneficioso para todos los pacientes?, ¿cuál es la verdadera causa de que estos síndromes y síntomas estén relacionados?, ¿tenemos el conocimiento suficiente para hacer una recomendación general?

En algún estudio se ha valorado ya la repercusión de una dieta sin gluten en pacientes con FM, sin embargo los resultados hay que leerlos cuidadosamente para no sacar conclusiones precipitadas. En un estudio se concluyó que la eliminación del gluten no era apropiada para pacientes con FM y SCI si sus mucosas intestinales tenían un recuento de linfocitos normal (no tenían enteritis linfocítica) y aunque los resultados eran positivos en pacientes con FM, SCI y EL, aún son necesarios más estudios para confirmar este hecho. Además, se recomienda que para retirar el gluten de la dieta conviene confirmar que el paciente tiene enfermedad celíaca u otra sensibilidad al gluten.

También otro trabajo ha dado resultados positivos, tanto como remisión de la FM, en veinte pacientes con FM severa, sin enfermedad celíaca pero con enteritis linfocítica (o linfocitosis intraepitelial), de los cuales ocho también tenían síndrome de fatiga crónica y diecisiete tenían enfermedades gastrointestinales diagnosticadas como SCI, dispepsia, hernias, intolerancia a la lactosa, colitis no específica, etc). La dieta sin gluten fue llevada a cabo durante 16 meses y en todos los pacientes, antes o después y en mayor o menor medida, hubo mejora de los síntomas, llevando a concluir a los autores que estas personas podrían tener sensibilidad al gluten no celíaca y que esto les podía estar provocando la FM. Por supuesto, esto es una hipótesis sobre la que también se está trabajando en más profundidad.

Y aunque ya tenemos estos datos fruto de la investigación, aún es temprano para sacar conclusiones, no se considera que haya todavía un estudio profundidad suficiente sobre el beneficio que una dieta sin gluten puede tener en pacientes con FM. Está claro hasta el momento que eliminar el gluten de la dieta no es una recomendación adecuada para todos los pacientes con FM y que el beneficio de este tipo de dieta lo obtendrán, obviamente, aquellas personas, con FM o no, que tengan algún desorden relacionado con el gluten, sea enfermedad celíaca, sensibilidad al gluten no celíaca o incluso alergia al trigo. Sí parece claro que, en personas con algún desorden relacionado con el gluten, la presencia de éste en la dieta puede desencadenar o disparar la sintomatología de la FM (e incluso del síndrome de colon irritable y del síndrome de fatiga crónica).

Es muy positivo que se esté investigando sobre estos temas, ya que es la única forma de dar con las soluciones más adecuadas, y, en mi opinión, quizás el foco podría ponerse en dos puntos clave:
  • el primero en diagnosticar estos desórdenes relacionados con el gluten en pacientes con FM y/o SCI para así instaurar dieta sin gluten en quien realmente lo necesite, y,
  • el segundo en seguir investigando sobre el porqué estas patologías y síndromes están tan relacionados, ¿dónde acaba uno y dónde empieza el otro?

Dra. Laura I. Arranz