Inicié mi estudio de investigación sobre la nutrición en la fibromialgia con gran ilusión y con el espíritu de aportar algo a la ciencia, pues era un tema aún apenas abordado. Desde el 2007 y durante
cuatro años llevé a cabo el estudio ENCAVI sobre el Estado
Nutricional, la Calidad de Vida y la Capacidad Funcional en pacientes
con Fibromialgia, con el objetivo de valorar la relación entre esta
patología, sus síntomas, la alimentación y el estado nutricional
de estas personas.
El
objetivo era determinar qué mejoras en la alimentación podrían ser
beneficiosas para este grupo de población, para poderlas incluir en los tratamientos multidiciplinares. Además, me movía la búsqueda de la verdad ya que la información
que había, y hay, al respecto procede muchas veces de fuentes no fidedignas, y en ocasiones es incluso hasta información engañosa dirigida a personas que buscan desesperadamente una solución. A día de hoy todavía no existe un consenso entre los profesionales de la salud para
orientar a estos pacientes en cómo mejorar su alimentación, pero por lo menos hay más datos y hay más grupos de investigación que se han puesto manos a la obra con este tema.
Personalmente me sentía pequeña pero a la vez grande en mi cometido. Fue un trabajo duro, pero totalmente gratificante y reconocido por revistas médicas
internacionales de reumatología en las que han sido publicados los
resultados. Éstos conformaron mi tesis doctoral que, de hecho, además tenía como
uno de sus objetivos y compromisos ofrecer y compartir el
conocimiento obtenido con los pacientes. Es por ello que después del esfuerzo que supuso escribir una memoria para la tesis, inicié mi periplo para "traducir" todo el contenido en un libro de divulgación, fácil de leer y con información clara sobre el tema, que ahora ya está disponible.
Sin embargo, el trabajo no acabó ahí. Aún sigo estudiando el tema, publicando artículos e intentando divulgar sobre lo que está científicamente demostrado. También trato de comunicar que la "solución" no está exclusivamente en un producto, un alimento concreto o una dieta milagrosa, sinó en un abordaje global e individualizado de cada paciente en el que se incluya una buena orientación nutricional en manos de un experto.
Hay mucho por hacer y mucho camino por recorrer, y yo, me quedo en este camino mientras pueda aportar conocimiento y compartirlo.
Laura I. Arranz