sábado, 13 de diciembre de 2014

ESTRÉS OXIDATIVO

En varios estudios se ha observado que el estrés oxidativo es elevado en personas con FM y SFC (también en personas con algunas otras condiciones crónicas inflamatorias). 

¿Qué significa esto? Significa que las células están "más intoxicadas" de lo normal con los propios residuos de su funcionamiento (llamados radicales libres y especies reactivas de oxígeno). Estos residuos son altamente oxidantes, y normalmente tenemos mecanismos celulares para "limpiarlos". Pero en el SFC parece que estos mecanismos de limpieza (antioxidantes) están disminuidos. Parte de los antioxidantes los tomamos con la dieta, otros son propios del organismo pero se activan con minerales o oligoelementos de la dieta también. Con lo que de aquí deriba la hipótesis que algunos grupos de investigación trabajan sobre el beneficio de tomar suplementos antioxidantes (como sería el caso del coenzima Q10). 




Suplementación, sí o no, todavía está algo por corroborar i confirmar, lo que sí es claro es la necesidad de recomendar dietas ricas en antioxidantes para las personas con esta patología.
¿Cómo tomar antioxidantes con la dieta? Con abundancia de vegetales, frutas, verduras, especialmente crudas, con frutos secos, semillas y aceite de oliva virgen extra.

Un dato más, el estrés oxidativo empeora el estado crónico de inflamación en una especie de círculo vicioso en el que uno refuerza al otro. Revertirlo es difícil pero hay muchas cosas que se pueden hacer, como comer un poquito mejor

Saludos

miércoles, 22 de octubre de 2014

INFLAMACIÓN CRÓNICA: donde la NUTRICIÓN se encuentra con el DOLOR

Nuestra última publicación fue sobre la relación de la inflamación crónica con el dolor y por tanto el posible abordaje con la nutrición y el estilo de vida. El exceso de peso, la diabetes, la hipertensión, y otros factores qeu estén relacionados con el síndrome metabólico, deben tratarse en los pacientes con enfermedades como la FIBROMIALGIA con el objetivo de mejorar la salud en general pero también el DOLOR, mediante la reducción de la inflamación. 

Aquí  tenéis el resumen del artículo y su referencia:

Muchas personas en el mundo sufre dolor crónico y también de sobrepeso u obesidad. Las personas con exceso de peso corporal tienen más predisposición a tener un estado proinflamatorio que se puede manifestar como síndrome metabólico pero también como una mayor prevalencia de enfermedades que cursan con dolor crónico (como la fibromialgia, la artritis reumatoide, u otras). La obesidad y un elevado índice de masa corporal (IMC) están asociados con una peor capacidad funcional y con una menor calidad de vida en pacientes con dolor crónico. La inflamación sistémica (generalizada) no sólo está relacionada con las enfermedades del síndrome metabólico (diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc) sino también con el inicio y la perpetuación del dolor crónico. Los cambios en el estilo de vida, en la conducta, en la actividad física y en la dieta han demostrado beneficios en la capacidad funcional y en la calidad de vida, por eso el asesoramiento al paciente sobre como manejar su peso, su IMC o su síndrome metabólico, es básico como parte del tratamiento del dolor crónico. Un estilo de vida sano ayudaría a reducir la inflamación sistémica o generalizada y consecuentemente llevaría a una mejora en la funcionalidad y en la calidad de vida de las personas con sobrepeso u obesidad que además tienen dolor crónico.

Many people throughout the world have both chronic pain and obesity. Overweight and obese people are more prone to a proinflammatory state manifesting as metabolic syndrome but also to a higher prevalence of chronic pain comorbidities. Obesity and a high body mass index (BMI) are associated with impaired functional capacity and reduced quality of life (QoL) in patients with chronic pain conditions. Systemic inflammation is not only involved in metabolic syndrome but it also initiates and perpetuates chronic pain. Changes in lifestyle, behavior, physical activity, and diet have demonstrated benefits in functional capacity and QoL; therefore, patient assessment should tackle high BMI and metabolic syndrome as part of the treatment of chronic pain. A healthier lifestyle would lead to a lower inflammatory state and consequently to an improvement in function and QoL in overweight or obese patients who have chronic pain conditions. 

Fuente: Arranz LI, Rafecas M, Alegre C. Effects of obesity on function and quality of life in chronic pain conditions.Curr Rheumatol Rep. 2014 Jan;16(1):390 

martes, 2 de septiembre de 2014

¿DIETA VEGETARIANA PARA LA FIBROMIALGIA?

El vegetarianismo es el régimen alimentario que tiene se basa en la abstención de tomar carne o, en general, todo alimento que provenga de un animal. En los modelos más estrictos se eliminan de la dieta la carne y sus derivados, pero también el pescado, los huevos, y los lácteos. Aunque hay opciones intermedias que pueden ser un modelo más equilibrado, ¿Es la dieta vegetariana beneficiosa para la fibromialgia?
 
Hay estudios que han valorado directamente los efectos de la dieta vegetariana sobre los síntomas de la fibromialgia, y los resultados han sido positivos. En realidad, este patrón alimentaria supone unos cambios beneficiosos en la composición de nutrientes de la dieta comparado con la alimentación convencional. Sin duda, por comer muchos más alimentos vegetales, se produce una ingesta de antioxidantes mucho más elevada de lo habitual. Y esto es positivo para la fibromialgia pues el estrés oxidativo está elevado, y lo antioxidantes ayudan a combatirlo. Además se da un cambio en la composición de las grasas de la dieta, bajan las grasas totales y las saturadas y aumentan las grasas poliinsaturadas. Esto produce un beneficio cardiovascular y también general pues disminuye el estado inflamatorio del organismo. Estos dos factores seguramente son clave en el beneficio encontrado en los síntomas de la fibromialgia.

¿Riesgos? No se ha llegado a tener suficientes estudios y conocimiento en detalle sobre la dieta vegetariana en esta enfermedad. Aunque se le suponen beneficios, aún puede haber riesgos cuando es llevada de forma descontrolada o sin información suficiente ya que pueden darse carencias nutricionales, especialmente de proteínas, hierro y de algunas de las vitaminas B.
 
La recomendación:

No hace falta seguir una dieta vegetariana estricta, aunque es una opción para quien así lo desee, pero sí vale la pena aplicar sus virtudes al patrón de Dieta Mediterránea para tener un resultado muy positivo: más vitalidad, menos dolor, mejor salud. 

La fórmula ideal:

Dieta Mediterránea con gran predominio de los alimentos de origen vegetal versus los de origen animal. Por tanto, la clave está en la abundancia de verduras tanto crudas como cocinadas, frutas, frutos secos, legumbres, cereales integrales y semillas.


Laura I. Arranz
@LauraIArranz
Manual de Fibromialgia, nutrición y calidad de vida
http://www.patuming.com/es/salud-y-medicina/211-fibromialgia-nutricion-y-calidad-de-vida.html

domingo, 30 de marzo de 2014

FIBROMIALGIA Y NUTRICIÓN, EL ESTUDIO CONTINUA

Inicié mi estudio de investigación sobre la nutrición en la fibromialgia con gran ilusión y con el espíritu de aportar algo a la ciencia, pues era un tema aún apenas abordado. Desde el 2007 y durante cuatro años llevé a cabo el estudio ENCAVI sobre el Estado Nutricional, la Calidad de Vida y la Capacidad Funcional en pacientes con Fibromialgia, con el objetivo de valorar la relación entre esta patología, sus síntomas, la alimentación y el estado nutricional de estas personas.

El objetivo era determinar qué mejoras en la alimentación podrían ser beneficiosas para este grupo de población, para poderlas incluir en los tratamientos multidiciplinares. Además, me movía la búsqueda de la verdad ya que la información que había, y hay, al respecto procede muchas veces de fuentes no fidedignas, y en ocasiones es incluso hasta información engañosa dirigida a personas que buscan desesperadamente una solución. A día de hoy todavía no existe un consenso entre los profesionales de la salud para orientar a estos pacientes en cómo mejorar su alimentación, pero por lo menos hay más datos y hay más grupos de investigación que se han puesto manos a la obra con este tema.

Personalmente me sentía pequeña pero a la vez grande en mi cometido. Fue un trabajo duro, pero totalmente gratificante y reconocido por revistas médicas internacionales de reumatología en las que han sido publicados los resultados. Éstos conformaron mi tesis doctoral que, de hecho, además tenía como uno de sus objetivos y compromisos ofrecer y compartir el conocimiento obtenido con los pacientes. Es por ello que después del esfuerzo que supuso escribir una memoria para la tesis, inicié mi periplo para "traducir" todo el contenido en un libro de divulgación, fácil de leer y con información clara sobre el tema, que ahora ya está disponible.

Sin embargo, el trabajo no acabó ahí. Aún sigo estudiando el tema, publicando artículos e intentando divulgar sobre lo que está científicamente demostrado. También trato de comunicar que la "solución" no está exclusivamente en un producto, un alimento concreto o una dieta milagrosa, sinó en un abordaje global e individualizado de cada paciente en el que se incluya una buena orientación nutricional en manos de un experto. 

Hay mucho por hacer y mucho camino por recorrer, y yo, me quedo en este camino mientras pueda aportar conocimiento y compartirlo. 

Laura I. Arranz



 


martes, 11 de marzo de 2014

DIETA SIN LÁCTEOS PARA LA FIBROMIALGIA?


“Quite todos los lácteos de su dieta”. Esta recomendación es cada vez más frecuente y seguida por algunos pacientes de fibromialgia. La justificación suele ser que los lácteos “ensucian” o “intoxican” el cuerpo, pero esta afirmación no tiene mucho sentido si no se analiza la dieta completa de la persona. El resultado de seguirla es que en algunos casos se produce una mejora, sobre todo a corto plazo, pero en otros muchos casos no. ¿Por qué?

La explicación más plausible:

Los lácteos son alimentos muy ricos en nutrientes, especialmente proteínas, vitamina D y calcio, pero además también en grasas de tipo saturadas. Estas grasas son necesarias en la dieta pero en una baja proporción pues, de lo contrario, tienen efectos negativos para la salud como contribuir a aumentar el riesgo cardiovascular, y la ganancia de peso. De alguna forma podríamos decir que si se toman en exceso pueden “ensuciar” el organismo y dificultar sus funciones. Sin embargo, esto depende en gran medida de la cantidad de lácteos que tome la persona, el tipo de lácteos, y el resto de la alimentación. Tomar un par de raciones de lácteos, a ser posible desnatados, dentro del contexto de una dieta equilibrada no es negativo, todo lo contrario, nos ayudará a conseguir una ingesta óptima de vitamina D y calcio. Entre los lácteos, sí que es interesante destacar que la leche no es la mejor, y que si un lácteo debemos escoger por su excelencia nutricional es el yogur. Dos yogures al día y una ración de algún otro lácteo desnatado (o bajo en grasa) es una buena opción. 

Sin embargo, ¿qué sería lo perjudicial? Cuando la dieta no es equilibrada, cosa que suele suceder en personas con fibromialgia, y se recurre a la leche, al queso o a otros productos lácticos como fuente importante de energía en diversos momentos del día y cada día. Eso no es adecuado pues cargamos al organismo con demasiadas grasas saturadas en detrimento de otras más saludables, como las omega-3 (presentes en los frutos secos o el pescado azul) que tienen un potencial antiinflamatorio muy importante para la fibromialgia y otras enfermedades crónicas. También hay que tener en cuenta que, algunas de las personas que encuentran una mejora con esta eliminación, es debido a una intolerancia a la lactosa, más o menos acentuada, que es relativamente habitual en adultos y que evidentemente mejora al eliminar este nutriente de su alimentación. La intolerancia a la lactosa es un proceso fisiológico normal, nos sucede a todos con la edad pues perdemos, total o parcialmente, la función de un enzima llamado lactasa que se encarga de digerir la lactosa. Al pasar la lactosa sin digerir al intestino produce fermentación, gases e inflamación. Pero como en esto hay mucha variación en la población, muchas personas adultas siguen manteniendo activa su lactasa y pueden tomar lácteos sin problema.

El riesgo:

El hecho de “eliminar todos los lácteos de la dieta” entraña un riesgo de desequilibrio nutricional. Así, son muchos los pacientes, la mayoría mujeres en épocas cercanas a la menopausia, que siguen esta pauta sin hacer ningún cambio más en su dieta, entonces, ¿cómo compensan la disminución de ingesta de calcio?, ¿qué pasa con su metabolismo óseo?, ¿qué pasa con el riesgo de osteoporosis? Si se sigue esta recomendación es necesaro acompañarla de otras recomendaciones alimentarias y de seguimiento dietético.

La recomendación:

Si eliminamos los lácteos de la dieta debemos hacerlo de la mano de un profesional de la salud, experto en nutrición, que valore nuestra dieta en su conjunto y que nos explique qué otros cambios deberíamos hacer para mejorar nuestra alimentación y en especial para compensar los nutrientes que dejaremos de tomar al dejar los lácteos. Será muy importante por ejemplo que la persona que deja de tomar leche, yogures, queso, etc, incremente el consumo de frutos secos y de verduras de color verde intenso, pues así podemos mantener el aporte de calcio y vitamina D al organismo. Además, haciendo este cambio conseguimos beneficios adicionales como bajar el contenido total de calorías de la dieta y cambiar las grasas saturadas por grasas tipo omega-3 que son mucho más saludables.  De este modo, eliminar lácteos no entrañaría riesgos.

Un apunte:

Es recomendable consumir uno o dos yogures al día ya que el yogur contiene poca lactosa, tiene una cantidad de grasa total muy baja, aporta microorganismos vivos (fermentos) que son beneficiosos para nuestra flora intestinal, y es una buena fuente de calcio y de vitamina D[1]. Además, el yogur puede sustituir otros alimentos con más grasas o azúcares que en ocasiones tomamos después de las comidas o entre horas.


[1]     Aunque la principal fuente de vitamina D es la que fabricamos en nuestra piel gracias a la exposición moderada a la luz solar.

Laura I. Arranz

Para saber más: 

domingo, 2 de febrero de 2014

FIBROMIALGIA, NUTRICIÓN Y CALIDAD DE VIDA

La FIBROMIALGIA es una enfermedad crónica que puede mejorar mediante una alimentación equilibrada y variada, rica en ALIMENTOS VEGETALES pues éstos aportan muchos ANTIOXIDANTES de diferentes tipos. También ayuda bajar la ingesta de alimentos de origen animal, excepto el PESCADO que aporta mucho OMEGA-3 que tiene capacidad antiinflamatoria. No hay ningún alimento que sea la solución, es la alimentación en su conjunto lo que funciona.


Toda la información del estudio ENCAVI la encontraréis recopilada y en lenguaje divulgativo en el libro FIBROMIALGIA, NUTRICIÓN Y CALIDAD DE VIDA de la editorial La Patumaire Edicions.




Se puede adquirir online o en librerías de España






Gracias a todas las asociaciones y pacientes que participaron en este estudio!